LOS DOLORES DE CRISTO (Sto. Tomás de Aquino; In III Sent d 15, q 2, a 3 C, co)
“…la magnitud del dolor sensible de Cristo puede considerarse a partir de tres puntos. Primero: a partir de la misma naturaleza de la pasión (sufrimiento); y así tuvo la máxima crudeza, tanto por la complexión del paciente, que estaba perfectamente dispuesta; y por eso tenía óptimo tacto, y por consiguiente en Él era más vehemente la sensación de la lesión (pues la bondad del tacto es probada también por la bondad de la complexión y la de la mente, ...) como por el género de la pena; pues fue lesionado en los lugares máximamente sensibles, a saber, en las manos y en los pies; como también por la multitud de los sufrimientos, porque soportó lesiones por todo el cuerpo.
Segundo: a partir de la pureza del dolor; porque en los otros sufrientes se mitiga el dolor sensible por el influjo de las potencias superiores en las inferiores, a causa de la contemplación que abstrae las potencias inferiores de alguna manera de sus actos, o también a causa de la complacencia de la voluntad por el amor a aquello a causa de lo que padece. En Cristo, empero no se dio tal relación de las potencias entre sí, como se ha dicho, es así que permitía a cada una obrar lo que era propio de ellas, según dice el Damasceno, y de ahí, su dolor fue sin ninguna mezcla de algo mitigante.
Tercero: a partir de la voluntad del paciente; porque sufría voluntariamente para satisfacer por el pecado de todo el género humano, por eso asumió un dolor que sobrepasa a todos los otros dolores. De modo similar también tenía magnitud a partir del dolor sensible que se llama tristeza, la que estaba en el apetito sensitivo o la que se daba en la razón natural...".
Muy buenooo!!!!!!!!!!!
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