"...esto es lo que los dioses nos han transmitido como método de búsqueda, de descubrimiento y enseñanza; pero los sabios de hoy día hacen lo uno al azar, más rápido o más lento que lo necesario y, luego de lo uno ponen inmediatamente lo infinito; en cuanto a los mediadores, los ignoran,... (inversamente, de lo infinito) no hay que ir inmediatamente a lo uno...". Platon; Filebo; 16 e; 18 b

martes, 30 de noviembre de 2010

DE COMO PROGRESAURIO ACONSEJÓ AL ASESINO Y OTROS CUENTOS MALMINORISTAS

"Sr. Asesino:

En nombre de la «Asociación de Teólogos Malminoristas», me dirijo a Usted a fin de recordarle que los católicos, en virtud del quinto Mandamiento de la Ley de Dios, no deben matar a seres humanos inocentes, ni siquiera por precio o promesa remuneratoria.

Ahora bien, dado que no muestra Usted signos de querer abandonar su lucrativa profesión, los teólogos malminoristas, conscientes de los «signos de los tiempos», y profundamente interpelados por las circunstancias de nuestra profesión, nos permitimos hacerle las siguientes «sugerencias pastorales»:

1ª. Procure tomar clases de tiro al blanco. Logrará maximizar la ecuación costo-beneficio, y podrá liquidar a su víctima con poco gasto de munición.

2ª. Utilice una mira telescópica de calidad. Le facilitará su tarea de francotirador y podrá terminar el trabajo con un disparo certero.

3ª. Apunte siempre a la cabeza, para proporcionar a su víctima una muerte rápida e indolora

4ª. Es muy recomendable que emplee silenciador, para disparar sin ruidos molestos para la vecindad y eludir el accionar de las fuerzas de seguridad.

Asimismo, cumplo en hacerle saber que en la asociación que tengo el alto honor de presidir, coincidimos en que un «ejercicio responsable» de la profesión homicida, que no descuide reducir las consecuencias nocivas o inútiles derivadas del acto de matar, puede ser un síntoma positivo, que nos permite augurar su futura conversión.

Sin más, lo saluda cordialmente

Progresaurio Jeremías Bentham.
Presidente de la Asociación de Teólogos Malminoristas."

Publicada por Martin Ellingham en http://caminante-wanderer.blogspot.com/


Si Ud. cree que este cuento sucedió en el País de Nuncajamás, vea:

sábado, 27 de noviembre de 2010

¿VOTAR POR EL MAL MENOR?

Transcribo un fragmento de esta colaboración del profesor chileno José Luis Widow Lira para http://viva-chile.cl/2009/10/%C2%BFvotar-por-el-mal-menor/

"...Hace algunos días escuchaba un argumento de esta laya: hay tres tipos que me pueden asaltar. Uno me robará la billetera, el otro la billetera y todo lo demás, el tercero, además de dejarme en traje de Adán, me abandonará herido y a mi suerte. No hay duda de que debiera elegir, si pudiera, al que me robará sólo la billetera. “Es el mal menor”.

Otro de esta índole: no votar por X es favorecer las otras alternativas, que son todavía peores.

Y todavía una tercera argumentación: la responsabilidad política o civil está en apoyar a alguien y no en lavarse las manos diciendo que ninguna de las alternativas es óptima. Votar en blanco o anular el voto es, simplemente, no cumplir con un deber ciudadano fundamental.

Quiero hacer algunas aclaraciones sobre estos argumentos.

1) Respecto del primero, me parece que el argumento falla en un punto fundamental: confunde las cosas hasta el punto en que elegir el mal menor ya no se diferencia de cooperar con el mal. Veamos. En el ejemplo planteado, aparte de irreal, el objeto de la acción –entenderemos por objeto de la acción aquello a lo que se dirige, causando un bien o un mal formalmente humano, independientemente de la intención–, que es un aspecto central a la hora de tomar una buena decisión, no es nada malo, sino, por el contrario minimizar el daño que se recibirá. Quien elige que se le robe sólo la billetera sin más perjuicios, no roba, sino que sufre el robo. El voto por una persona, sin posibilidad de hacer distinciones, implica apoyar a esa persona y su programa de gobierno precisamente sin distinciones. El voto está planteado, guste o no guste, como el todo o nada. Porque el voto no admite distinciones es natural y fundada la reacción de los ganadores en una elección: hacen ver el gran apoyo que obtuvieron, sin restar a los que votaron por ellos como “mal menor”. Y tienen razón: tantos votos… tantas personas que apoyaron su candidatura y su programa. Por eso, quien vota por un candidato no lo sufre, sino que, precisamente, lo apoya… y si lo votó y lo sufre sin más precisiones, entonces es masoquista y ya el problema es de otro tipo.

Maticemos algo. Hay algunos bienes humanos de mayor envergadura que otros. Análogamente, hay males más graves que otros. Indudablemente que a la hora de votar no se puede esperar un candidato óptimo. Quien lo haga, morirá esperando. Pero que no exista el candidato óptimo no justifica el apoyo a alguno que haya asegurado que causará un mal grave. Sí se puede apoyar a aquel que se prevé hará un gobierno que, quizá, no llegará a la excelencia, pero sí que se sabe respetará todos los bienes principales de la vida humana. Votar por alguien que ha afirmado que dañará un bien principal, aunque haya alternativas peores, no vota por el mal menor, sino que coopera con el mal: mediante su acción de apoyo permitió que el candidato elegido lleve a cabo el mal en cuestión. Al votar, no está permitido hacer distinciones. El objeto de la acción es el apoyo indiscriminado al candidato.

Para abundar en lo mismo, alguien que ha anunciado, por el motivo que sea, que en su gobierno dañará un bien principal no tiene legitimidad de origen para gobernar –ésta consiste no tanto en la adecuación a las formalidades jurídicas para llegar al cargo en cuestión, aunque éstas también sean importantes, sino a la adecuación en principio a la ley natural–, por lo que malamente se puede votar por él.

Elegir el mal menor es legítimo cuando la elección no implica apoyar un mal grave.

Preferir un candidato de mediana calidad a otros que se sabe causarán daños graves, pero que respetará los bienes principales es legítimo por dos razones: primera, porque se le elige en razón de lo bueno que hará, y, segunda, porque razonablemente se prevé que el mal que pueda seguirse de su gobierno no es grave y, en consecuencia, es tolerable. Alguien podrá alegar que lo que se dice del candidato mediano, también puede aplicarse a aquel otro que anunció males graves: se le elige en razón de lo bueno que hará y no del mal que causará. Precisamente la doctrina del mal menor obliga a diferenciar entre los males que son tolerables y los que no. Los tolerables pueden ser permitidos en razón de conseguir un bien cuya envergadura justifica padecerlos. Pero un mal formalmente humano no se justifica nunca ni hacerlo ni apoyarlo. Volvamos al ejemplo primero: si la alternativa ya no es simplemente padecer un asalto, sino hacerse partícipe en uno activamente, no es legítimo elegir siquiera el que tiene por fin robar sólo billeteras. “Es que si no pueden llegar a matar…”. Lástima, pero nadie puede cometer activamente una injusticia. Tampoco cooperar con la realización de una.

Por último y siempre en relación con el primer argumento, puede decirse que si se acepta ese camino, se puede llegar a cualquier cosa, porque siempre es posible que al lado haya alguien todavía peor. Mañana elegiremos a quien promete la ley de aborto sin restricciones, porque el candidato de al lado promete lo mismo más la eugenesia, y el de más allá el aborto, la eugenesia y la eutanasia.

2) El segundo argumento siempre me ha costado mucho entenderlo: francamente no entiendo por qué si no estoy votando por alguien lo estoy apoyando. Me suena más a milagro. “Es que si votas en blanco, el total de votos es menor y por lo tanto el porcentaje del ganador es mayor”. ¿Y…? ¿Por qué es problema el porcentaje que saca el ganador? Lo que está en juego no son porcentajes, sino contenidos de gobierno. Por último, el voto nulo entra en el total. Si este es su problema, no vote en blanco, anule.

3) Respecto del tercer argumento, dos cosas. Ya señalé que no se trata de caer en la inútil espera del candidato óptimo. Eso es claro. Lo óptimo es enemigo de lo bueno dice con toda razón el dicho popular. Pero ya está dicho también que la imposibilidad de la alternativa óptima no justifica la elección de cualquier otra: hay que mirar adentro y comparar al candidato no sólo con otros candidatos, sino con las exigencias de la ley natural.

La otra cosa relativa al tercer argumento es la siguiente. Votar puede ser –no necesariamente– una responsabilidad grave que hay que cumplir. Pero sin lugar dudas que las responsabilidades políticas más importantes deben cumplirse entre votación y votación. La patria exige que por ella se hagan muchas cosas y cotidianamente. Y no me refiero sólo a las obligaciones relativas a la profesión u oficio que se practica o a las familiares –es de Perogrullo que estas deben cumplirse bien–, sino a otras que van más allá y que exigen dedicación especial… y sacrificio personal. De esto nadie debiera restarse. Cada cual podrá cooperar según sus talentos y posibilidades. Y en este terreno se puede cooperar con el gobierno cualquiera que sea, ..... En este caso el objeto de la acción es el bien específico que se hará y no un apoyo indiscriminado a un gobierno que ha incluido en su programa un daño grave al bien común."

viernes, 26 de noviembre de 2010

DE LO QUE EL CONDÓN REVELÓ O EL MAGISTERIO PARALELO


"Estimado Wanderer, no comparto la idea de que se exagera el problema de la gomita.

Primero, porque la confusión que se ha introducido es feroz. Cualquier padre de familia católico con hijos adolescentes -et ego - pueden dar fe de que entre ellos ya se ha consolidado la idea de que "el Papa aprobó el preservativo". El error informativo, perfectamente previsible, se ha cometido, y para peor, se ha insistido, con toda contumacia, en el, agravándola con la declaración de dos funcionarios vaticanos (Lombardi y Simón, este ultimo subsecretario de un Consejo Pontificio) que han afirmado mucho más que lo que el Papa dijo. Si lo que se quiere es justificar el adminículo prostibular con la teoría del doble efecto, forzando una declaración coloquial del Papa, lo honesto es que se haga el esfuerzo intelectual y se diga claramente. Pero no vale vestir la desnudez intelectual y la falta de capacidad de hacerlo (y la posible negativa) con las vestes blancas de quien claramente dice que su libro no es magisterio.

¿Quién se hace cargo del escándalo? ¿De qué se visten los defensores del orden natural? ¿En qué pozo se esconde Monseñor Baseotto?

Este daño no tiene arreglo.

Segundo, porque la moral católica no es un sistema racional cerrado, pero sí un plexo de principios que tienen una expansividad y consistencia intrínseca, en juego con la naturaleza humana.

Huelga decir que si por capricho se admite la licitud de un acto malo per se en el comercio prostibular, existe un listado de motivos más justificados.

La Humanae Vitae queda a tiro, sólo es cuestión de tiempo. Si se justifica por un afán sanitario el uso del preservativo, nada sino un monumental agravio comparativo, una inequidad flagrante, puede dejar fuera de tal indulto a un matrimonio que tiene graves motivos para no procrear. Lo ùnico que falta es que los célibes estén exentos de pecar de sodomía: hasta parece un chiste clerical. La casuística hará el resto, como diría Borges, "del cuerpo se encargarán los caranchos".

Tercer problema, la modalidad de recepción de las palabras del Papa por el neoconservadurismo voluntarista. Esta crisis ha evidenciado la radical inanidad e insuficiencia de los neocon para adherir a la fe y moral católica como regla objetiva. Los neocon están demostrando que no son otra cosa que progresistas de baja velocidad. El mismo subjetivismo, el mismo desprecio por la regla objetiva de la tradición, la misma adhesión voluntarista al capricho, sólo que focalizada en un hombre al que se pretende convertir en un dios.

No tienen más criterio que lo que el Papa dice, así sea en el baño o en esta costumbre germánica de la desgraciada charla de sobremesa, así sea que el mismo Papa diga que lo que dice no es magisterial. No importa. Como los fanáticos japoneses que no aceptaban las palabras de Hirohito cuando éste proclamó que no era dios, decenas de fieles y sacerdotes neocon han saltado, desesperados, a modificar la doctrina católica, a cambiar los ridículos fundamentos físicobiológicos que denigraban al preservativo por el tamaño de los micrones de los poros y de los virus (a mí siempre me parecieron temerarios primero e improcedentes después) para hacer una verdadera apoteosis del caucho.

Nuestro compatriota Ignacio Anzóategui decía jocosamente que le gustaría que Dios derogara el sexto mandamiento para verles la cara de asombro a las monjas; similarmente, cabe preguntarse cuántos neocon, si el Papa dijera en forma coloquial que ha perdido la fe, no saldrían a proclamar solemnemente que Dios no existe... porque lo dice el Papa, que es infalible.

Cuarta conclusión práctica. No existe más magisterio ordinario, hay un magisterio informal o magisterio paralelo que tiende a conformar al mundo. Es tal la opacidad informativa, tal la torcedura gnoseológica de los mass media, que toda ambiguedad o fórmula gestual configura dicho magisterio paralelo, que es el único que en rigor llega a los fieles y no fieles católicos. "El Infierno no existe" "La Iglesia se equivocó con Galileo" "Se cambio la doctrina del limbo", "la Iglesia acepta el preservativo" son las fórmulas que van configurando, en el Syllabus de Clarín, las vagas nociones magisteriales del catolico medio. Las encíclicas duermen en los cajones, negligidas incluso por los profesores de teología.

El problema con el magisterio paralelo es precisamente que no exige modificación alguna del magisterio oficial, pero hace el mismo daño que si se modificara este ultimo.

El magisterio paralelo es una siniestra combinación de ambiguedades gestuales (beso del Corán, Asís, pedidos de perdón) o declarativas (DH, este libro), que son complementadas por el "espíritu de lo que se quiso decir", sea por oficiales pontificios (en el caso, Lombardi y Simón; recordar también el artículo solapadamente pro aborto de Fisichela en L'O.R. que le valió el tremendo castigo de ser elevado nada menos que a un nuevo Dicasterio Romano) o por teólogos oficiales en sentido contrario al magisterio oficial.

El truco ya lo conocemos, es el mismo del espíritu del Concilio.

Frente a esto, el discurso neocon afirmará que "el Magisterio no ha cambiado", lo cual es verdad. Y acto seguido dirá: "lo que ha dicho el Papa es lo que la Iglesia siempre dijo", lo cual no es verdad. Conocemos ad nauseam el ejercicio, que resiste cualquier análisis lógico o de confrontación textual. Cuando alguien advierte que hay una mutación, el neocon, desesperado por afirmar la autoridad aunque sea a costa de la verdad, y para desarticular toda reacción ortodoxa, citará los textos más ortodoxos; cuando uno cite los aspectos contradictorios, el neocon dirá que "hay que suspender el juicio, porque no somos nadie para juzgar si hay contradicción o no".

El truco es viejo. Esperemos que el Santo Padre zafe de la red que le han tendido y que su imprudencia generó. Tan luego a él, el principal desenmascarador del "Espíritu del Concilio", le vienen a inventar un "Espíritu de Ratzinger".

Una humilde sugerencia: no se puede jugar a la furbizia en el país de los furbos, no se puede ser un vivo en la patria de Berlusconi. Más vale mantener la ingenuidad germánica, aunque termines como Adriano VI.

Ludovicus"

lunes, 15 de noviembre de 2010

LA CUMBIA DEL MALMINORISMO

 A propósito de una discusión sobre el malminorismo que tuve en la Red Nacional por la Familia y la Vida, una amiga mandó esta cumbia que compuso en un ataque de inspiración artística a imitación de los Wikipedia.
A mí me hizo reir y llorar. Espero que a Uds. también.

"Para vos, guachín que andá divulgando el mal menor
Tené `ta cumbia que te’scribimo con amor"

Esta es la cumbia de la feligresía
que busca el mal menor
Y parla de hipocresía.
Demócrata- cristianos la bailan sin parar,
Pero son los liberales
Los que lo saben usar.
Se hacen los buenos
Y los perdonavidas
Y quieren reinterpretar
la Evangelio de la vida.
Como el enemigo hace con el 86
Ellos lo hacen con el 73*.
Todos amplían las causales de muerte
De la vida naciente
O la familia 'de siempre'.
Y se quedan tranquilos
Festejando su suerte
Porque buscan consenso,
Democracia o muerte.

Malminorismo es por definición:
Una falsa alternativa
Y laicismo posterior.

Es ineficaz;
lo usan igualmente.
¿Será porque será?
¿O serán cortos de mente?

Cuando todos creían que era cosa fácil,
Vino Cristo y nos dijo:
¡Hay que santificarse!
Que hay que ser sal
y ser levadura,
Y que si no salás,
te pisan como basura.
Y la rueda de molino
Muy linda te va a quedar.
Como adorno del mundo
No te van a dejar.
Después vino San Pablo,
Y comparó con estiércol.
(Si querés definición,
Gugleá la locución).

Yo sólo sé que no sala nada.
Y la sal que no sala
No sirve para ensalada.

Si querés el bien posible,
proponé un bien creíble.
Si querés que triunfe el bien,
hacé las cosas bien.
Si querés lo mejor,
hacé todo con amor.
Si decís ley natural,
no me vengas con el mal.
Y si querés lo peor,
perseguí el mal menor.

Esta es la cumbia de la feligresía
Que busca el mal menor
Y ya perdió el tranvía.
Pero no se dieron cuenta
De quien tiene el poder.
Entregaron la conciencia.
¡Qué le vamos a hacer!

Ya se olvidaron
de la buena doctrina,
Si lo mandan de arriba:
Ellos saben qué cocinan.
Ahora que les dieron
otra orden ya la siguen.
Piensan que es de arriba,
Y es de abajo lo que fríen.

Si querés servir al mundo
Dos señores ya tendrás.
Pero pronto ya veremos
A cuál escogerás.
Si bailás con el poder,
Ya tendrás que proponer
Mal menor como el que más
Como quiere Satanás.

Si querés el bien posible,
proponé un bien creíble.
Si querés que triunfe el bien,
hacé las cosas bien.
Si querés lo mejor,
hacé todo con amor.
Si decís ley natural,
no me vengas con el mal.
Y si querés lo peor,
perseguí el mal menor.

Yo sólo sé que no sala nada.
Y la sal que no sala
No sirve para ensalada.

*Art. 86 del Código Penal argentino y n. 73 de la Encíclica Evangelium vitae.

jueves, 11 de noviembre de 2010

CÓMO IR A MISA Y NO PERDER LA FE

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. En este caso, es un título que resume la experiencia de muchos.

lunes, 8 de noviembre de 2010

SOBRE LA BELLEZA

enviado por Germán Masserdotti
“¿Qué hacemos al dedicar este templo? En el corazón del mundo, ante la mirada de Dios y de los hombres, en un humilde y gozoso acto de fe, levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana, constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma.

En este recinto, Gaudí quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia. Así unió la realidad del mundo y la historia de la salvación, tal como nos es narrada en la Biblia y actualizada en la Liturgia. Introdujo piedras, árboles y vida humana dentro del templo, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina, pero al mismo tiempo sacó los retablos afuera, para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. De este modo, colaboró genialmente a la edificación de la conciencia humana anclada en el mundo, abierta a Dios, iluminada y santificada por Cristo. E hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó Antoni Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres. Y es que la belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo”.
(destacados en negrita del mismo Prof. Masserdotti)

Benedicto XVI, CONSAGRACIÓN DE LA IGLESIA DE LA SAGRADA FAMILIA Y DEL ALTAR, HOMILÍA , Barcelona, Domingo 7 de noviembre de 2010 (Extracto)