"Sr. Asesino:
En nombre de la «Asociación de Teólogos Malminoristas», me dirijo a Usted a fin de recordarle que los católicos, en virtud del quinto Mandamiento de la Ley de Dios, no deben matar a seres humanos inocentes, ni siquiera por precio o promesa remuneratoria.
Ahora bien, dado que no muestra Usted signos de querer abandonar su lucrativa profesión, los teólogos malminoristas, conscientes de los «signos de los tiempos», y profundamente interpelados por las circunstancias de nuestra profesión, nos permitimos hacerle las siguientes «sugerencias pastorales»:
1ª. Procure tomar clases de tiro al blanco. Logrará maximizar la ecuación costo-beneficio, y podrá liquidar a su víctima con poco gasto de munición.
2ª. Utilice una mira telescópica de calidad. Le facilitará su tarea de francotirador y podrá terminar el trabajo con un disparo certero.
3ª. Apunte siempre a la cabeza, para proporcionar a su víctima una muerte rápida e indolora
4ª. Es muy recomendable que emplee silenciador, para disparar sin ruidos molestos para la vecindad y eludir el accionar de las fuerzas de seguridad.
Asimismo, cumplo en hacerle saber que en la asociación que tengo el alto honor de presidir, coincidimos en que un «ejercicio responsable» de la profesión homicida, que no descuide reducir las consecuencias nocivas o inútiles derivadas del acto de matar, puede ser un síntoma positivo, que nos permite augurar su futura conversión.
Sin más, lo saluda cordialmente
Progresaurio Jeremías Bentham.
Presidente de la Asociación de Teólogos Malminoristas."
Publicada por Martin Ellingham en http://caminante-wanderer.blogspot.com/
Si Ud. cree que este cuento sucedió en el País de Nuncajamás, vea:
Llego un poco tarde, pero no quería de dejar de dar las gracias por el enlace.
ResponderEliminarGracias por dejar un comentario, Embajador.
ResponderEliminarTodo lo que estoy publicando en ambos blogs es a propósito de que en Argentina se promueve la unión civil gay como supuesto mal menor frente al matrimonio gay.