"...esto es lo que los dioses nos han transmitido como método de búsqueda, de descubrimiento y enseñanza; pero los sabios de hoy día hacen lo uno al azar, más rápido o más lento que lo necesario y, luego de lo uno ponen inmediatamente lo infinito; en cuanto a los mediadores, los ignoran,... (inversamente, de lo infinito) no hay que ir inmediatamente a lo uno...". Platon; Filebo; 16 e; 18 b

lunes, 26 de abril de 2010

SOBRE EL DECIR Y EL HACER

No estamos llamados solamente a "hacer", como si todo pasara por una praxis a-lógica, o como si la palabra no fuese el signo de la racionalidad humana. También estamos llamados a "decir".


Es verdad que puede darse el hablar sin el hacer. Como cuando alguien habla de la justicia y es injusto. Como cuando alguien habla mucho y no hace nada.

Pero hay algunos que creen que solamente hay que hacer. Creen que el hacer es suficiente y elocuente. Como si el hacer hablase por sí mismo. En parte es cierto porque toda acción voluntaria está cargada con su propio significado. Pero no es del todo cierto. Y entonces, a secas, no es cierto.

Y si no, miremos a los santos o a los profetas.

Ejemplo "típico": la Madre Teresa de Calcuta. ¿Será que solamente "hizo", y que con lo que hizo (¡y vaya obra la que realizó!) consideró cumplir suficientemente la voluntad de Dios? ¿Es decir que, con tal obra no necesitó hablar? Pero la Madre Teresa habló, inclusive ante los máximos poderes del "mundo".

¿Será que Maximiliano Kolbe no habló nunca? No solamente hablaba y enseñaba, sino que dijo algo: "me ofrezco yo en lugar de él". ¿Uds. creen que si San Maximiliano solamente se hubiese salido de la fila se habría cumplido su sacrificio?

Y los mártires mexicanos como Miguel Pro murieron diciendo "Viva Cristo Rey". Además fueron asesinados por decir y por hacer.

¿San Juan Bautista se habrá puesto a hacer él ayuno y penitencia en privado y sin hacer olas? ¿O además de vestirse con piel y comer langostas le hablaba a la gente de la penitencia?

No hay que olvidarse que a Juan Bautista le cortaron la cabeza precisamente por decir al rey lujurioso y cruel que vivía en adulterio. No se la cortaron por comer langostas.

Y,...

Hay una larga lista de santos que hacían y hablaban. El decir tiene distintos roles: explicar lo que uno hace, o por qué lo hace, enseñar a otros lo que deben o no deben hacer, denunciar injusticias, anunciar la salvación, confesar la fe, etc (Entre paréntesis, San Pablo dice que la fe debe ser confesada, o sea, dicha)

Parece sobrehumano, y lo es desde cierto punto de vista, porque en estas materias nada se haría sin la gracia de Dios, pero si pensamos un poco, resulta que antes es humano. Los animales hacen sin hablar (y ni falta que les hace). Una perra defendería su cría en peligro arriesgando su vida, pero no podría decirnos por qué lo hace, no podría aconsejar a otra perra a hacer lo mismo, ni tampoco podría decir, enunciando un principio, que "hay que defender la cría aunque te mueras".

Los humanos hablamos porque sabemos lo que hacemos, por qué lo hacemos, sabemos también que los otros son humanos y pueden comprendernos, o que, por el hecho de ser humanos, todos debemos obrar ciertas cosas, etc.

Pero resulta que así como es posible omitir una acción debida, también es posible omitir un decir debido.

Por ejemplo, omite el hacer debido el que pudiendo salvar de un peligro a alguien no lo hace. Y omite el decir debido el que, en el mismo caso, no pudiendo él salvarlo, no grita y llama hasta que venga otro a hacer.

Lo cual significa que, en el caso del hombre, el obrar comprende el hacer y el decir.

Esto también tiene que ver con que somos a imagen de Dios. "Por la Palabra se hicieron todas las cosas". Si fuésemos Dios nuestras obras tendrían elocuencia por sí mismas porque serían perfectas. Como no lo somos, pero sí somo a su imagen, debemos decir y hacer, hacer y decir. O que decir también es obrar.

Por supuesto que hay algunos que tienen mayor obligación de decir que otros. Y cuando no dicen se comportan como perros mudos que no alertan al rebaño de que viene el lobo. Entonces termina muriendo una oveja, pero las otras ovejas ni siquiera pudieron defenderla ni balar fuerte para despertar al pastor, porque no sabían que venía el lobo.

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